El trastorno bipolar causa cambios extremos en el estado de ánimo, desde episodios depresivos hasta manía. Aprende a reconocer sus síntomas y tratamientos.
El trastorno bipolar afecta a aproximadamente el 3% de los adolescentes a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Existen varios tipos de trastorno bipolar, entre los que destacan:
Los síntomas varían según la fase del trastorno:
Episodio Maníaco o Hipomaníaco
Episodio Depresivo
Un diagnóstico preciso debe ser realizado por un profesional de la salud mental mediante entrevistas clínicas y evaluaciones psicológicas. Se pueden utilizar herramientas como el "Mood Disorder Questionnaire" (MDQ) para detectar patrones compatibles con el trastorno.
Si experimentas fluctuaciones de ánimo extremas que interfieren en tu vida diaria, es importante buscar ayuda profesional. Muchas veces, el trastorno bipolar se confunde con otros trastornos como la depresión mayor o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), lo que hace que un diagnóstico preciso sea crucial.
El papel de la familia es crucial para el manejo del trastorno bipolar en niños y adolescentes. Algunas estrategias efectivas incluyen:
1. Fomentar una rutina estable
2. Promover la educación sobre el trastorno
3. Supervisar y gestionar los cambios de humor
El tratamiento del trastorno bipolar en niños y adolescentes debe ser integral e incluir diferentes enfoques:
Las personas con trastorno bipolar pueden llevar una vida funcional si siguen su tratamiento de manera adecuada. Sin embargo, pueden enfrentar desafíos en el trabajo, relaciones y actividades diarias debido a la imprevisibilidad de los episodios. La autoaceptación, el apoyo de amigos y familiares y el cumplimiento del tratamiento son claves para una vida estable.
Trastorno Bipolar en Niños y Adolescentes
El trastorno bipolar en menores suele ser más difícil de diagnosticar, ya que los síntomas pueden confundirse con otros trastornos como el TDAH. Algunos signos incluyen:
La detección temprana y el apoyo emocional pueden marcar una gran diferencia en la vida de un niño o adolescente con trastorno bipolar.
En algunos casos, los adolescentes con trastorno bipolar pueden experimentar síntomas más intensos que los adultos, incluyendo una mayor impulsividad y un mayor riesgo de abuso de sustancias. Es fundamental proporcionar un entorno seguro y estable para el desarrollo emocional y psicológico del menor.
En algunos casos, la hospitalización es necesaria cuando el trastorno bipolar representa un riesgo grave para la seguridad del niño o adolescente. Se recomienda hospitalización en situaciones como
Situación
Razón
Ideación o intento suicida
Protección inmediata de la integridad.
Episodio maníaco psicótico
Alucinaciones o delirios peligrosos.
Negativa a comer/hidratarse
Desnutrición o deshidratación severa.
Agresividad incontrolable
Amenaza a sí mismo o a otros.
La hospitalización es temporal y busca estabilizar al paciente. Posteriormente, el seguimiento ambulatorio es clave.